EL EQUILIBRIO DEL PODER
Existe un límite que separa un
artista, un iluminado de un impostor, un incompetente profano. Este límite es
muy sutil, casi imperceptible, que puede significar la vida o la muerte.
Los crítico de arte establecen
quien se puede definir artista y quien no, al igual qua la audiencia, la sala
de exposiciones, salas de teatro o cualquier institución a la que el artista
enfrenta su trabajo para con dividirlo con la comunidad.
Las modas influyen en ese juicio,
las corrientes artísticas vigentes, la situación economico-politica de un
extracto social. Pero hay también otro factor que influye en la valuación de la
creación. Este factor depende de la capacidad del artista de saber “vender” su
producto como obra de arte, saber enamorar
a través de mecanismos psicológicos de manipulación.
Analizando la vida y las “obras”
de Charles Manson, sus perfil psiquiátrico, sus niñez y su efecto sobre la
gente que lo rodeaba, tratamos de individuar los mecanismo y los presupuestos
que llevaron como consecuencia una completa entrega, de parte de muchas
personas, a los deseo de ese hombre, que se declaraba hijo de dios. Hay que
subrayar otro aspecto de esta existencia, que es como el gobierno
norte-americano utilizó esa figura para asustar a la población y determinar los
movimientos que nacieron en contra la guerra, como movimientos “malos” y
peligrosos.
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